lunes, 16 de febrero de 2009

Bueno, bonito y barato

Seguro que ya os hemos contado alguna vez que por aquí la cuestión de la compra de alimentos y demás material de substitencia básica resulta bastante cara, no siempre de acuerdo, además, con la calidad que se consigue. Por eso, una de nuestras prioridades fue buscar un supermercado que, sin estar en New Jersey, fuera lo suficientemente bueno, bonito y barato como para conformarnos. Esta es la historia de su búsqueda.Los primeros establecimientos que visitamos tenían la ventaja de estar relativamente cerca de casa.

El más cercano se denomina Appletree. Está abierto 24 horas, lo cual es una gran ventaja. Es muy pequeño, y los pasillos son muy estrechos, lo que convierte cualquier cruce con otro cliente en una auténtica aventura. Quizás es el más caro de todos, pero tanto Lidia como yo le tenemos un cariño especial. Allí fue donde compramos por primera vez en Nueva York (el primer susto). El Appletree es una pequeña joya, y nos ha salvado y salvará de más de un apuro. Tiene un deli (sitio donde se venden comidas preparadas, como bocadillos o ensaladas, que no está mal, aunque es dudoso que se pudiera sobrevivir más de dos días comiendo sólo comida comprada en él). El otro supermercado cercano a casa se llama Morton Williams. Este era bastante más grande que el Appletree, aunque mantenía los pasillos súper estrechos y los precios exagerados. Aunque en un primer momento supuso un avance, tampoco nos convenció mucho y, pese a que pilla relativamente cerca de casa, no hemos vuelto por ahí demasiado.

La búsqueda nos llevó al Met, que, como el Morton Willians, no está muy lejos de casa. El Met está adentrándose un poco en Harlem. En él encontramos productos más baratos, por lo que nos alegramos bastante. Sin embargo, parecía que la calidad no era muy alta. Mirando mucho por la pela, acabamos comprando unas lonchas de algo parecido a mortadela que costaban sólo ¡1 dólar! El aspecto no era muy bueno, pero oye, a ese precio... Yo me hice unos cuantos días un sándwich con ese-plástico-con-aspecto-de-mortadela-de-plástico. Cada día me daba más asco, así que me puse a investigar con detalle el envase. La fecha de caducidad había pasado como hacía un mes, así que comprendimos que aquí se deben de poder vender productos caducados. ¡Al menos, te lo venden muy barato! No hemos vuelto al Met.

La solución a nuestros problemas de abastecimiento vino cuando Raúl nos habló de un megasupermercado que se llama Fairway. Está un poco lejos de casa, pero, a cambio, tiene un párking en el que se ponen unos señores con monovolúmenes, generalmente dominicanos, que por siete dólares te llevan a casa, y contigo tu compra. Así que, hoy por hoy, el Fairway es nuestra primera opción. Nos damos un paseíto hasta él, unos veinte minutos. Luego cogemos el carro y decidimos si comprar una planta o no (la respuesta siempre ha sido no. Ahora que ya tenemos plantas en casa, ya nos saltamos esta etapa). Más tarde, nos metemos al supermercado sin hacer mucho caso a la mercancía que exponen en la calle y que, milagrosamente, nadie roba. El supermercado, en efecto, está muy bien. Tiene de todo, con una calidad y precios aceptables y, por lo general, no resulta angustioso, salvo cuando se pone hasta la bandera de gente, cosa nada infrecuente. Sin duda, lo más exótico para nosotros es que los productos de carnicería y pescadería, y, en general, todo lo que necesita frío, se encuentra en una sección del supermercado que está toda ella a cuatro grados. Y eso incluye a los señores pescaderos y carniceros, pobrecitos ellos. La cold room está siempre fría, y en verano, cuando vas con tus pantaloncitos cortos y tu camisetita fina y tus chanclas te quieres morir del frío que hace. Los del Fairway, muy amables, te ponen unas cazadoras en la entrada por si las quieres usar. Lo que no está claro es cada cuanto las limpian, si es que las limpian. Ahora, en invierno, la cosa se lleva mejor, pero en verano, la estrategia incluye tener muy claro qué se quiere coger, entrar y, a toda pastilla, hacerse con los productos que se puedan llevar de una vez. Entonces, sales de allí muy, muy rápido. Cuando se ha vuelto a entrar en calor, se repite el proceso. Muy divertido todo. Tenéis un ejemplo en el vídeo que adjuntamos. En el Fairway hemos encontrado unas galletas italianas que ahora prefiero alas galletas María, y también pimientos del piquillo, anchoas, chorizo Palacios y Torta del Casar.


Ir al Fairway no siempre nos viene bien, y no siempre hay que comprar muchas cosas. Entonces, solemos ir al Appletree. También, durante una época hicimos compras en el Fresh Direct, que es un supermercado por internet que suele tener buenos productos, un poco más caros que en el Fairway pero con la ventaja de que te lo llevan a casa. Ciertamente, en la actualidad no lo estamos usando ya mucho ya que acabamos un poco descontentos en un par de ocasiones porque se retrasaron con el envío. Además, se generan muchos residuos. En los últimos tiempos, hemos localizado otro supermercado, que también parece que está bien y que tiene unas buenas frutas y verduras a precios más baratos que en el Fairway y que está como a unos diez minutos de casa. Es el West Side Market. Así que, por el momento, creo que seguiremos yendo al Fairway cada dos semanas o por ahí y, entre tanto, pasaremos la semana con lo que compremos en el West Side Market o en el Appletree. Siempre tan bueno, bonito y barato como se pueda.