Durante las semanas pasadas, fueron llegando las primeras facturas a las que tenemos que hacer frente, y hace unos días, nos sentamos para ver qué teníamos qué hacer. Por comodidad, decidimos domiciliar todos los recibos, para lo cual teníamos que extender cheques (extender un cheque, que expresión más curiosa), como ya he comentado. La cosa parecía fácil, pero nosotros somos especialistas en hacernos un lío, y de hecho había un par de apartados que había que rellenar que no sabíamos lo que había que poner. Y claro, no nos hacía gracia completar el chequecito de marras de mala manera y como recompensa quedarnos sin luz. Así que ¿qué hicimos? Buscar en google “como rellenar un cheque”. Y google tenía la respuesta. Comprobamos que nuestro intento previo de rellenar un cheque había sido erróneo (¿acaso no somos espejo de Paco Martínez Soria?), así que lo voideamos e hicimos uno nuevo. De momento, seguimos teniendo luz, así que parece que la cosa ha funcionado. De hecho, cuando consulté unos días más tarde mi cuenta corriente, perdón, mi checking account, vi que estaba el pago hecho. Mola, porque los tíos te ponen una foto escaneada del cheque por el que te hacen el cargo. ¡Menuda eficiencia!
Por lo demás, ya que estoy, os cuento los dos planes interesantes de fin de semana a los que me he apuntado para soportar mejor la ausencia de Lidia. Ayer sábado estuve en una representación al aire libre, en Central Park, de una obra de Shakespeare, Cymbeline. Es una cosa muy divertida, porque los actores están en medio del prao, como el público y, además, se cambia de localización cada diez minutos, y todo el mundo va persiguiendo a los actores hasta el nuevo emplazamiento. Se hace alrededor de un pequeño estanque conocido como The Pool. El único inconveniente es que la acústica no es muy buena, y yo no estoy muy acostumbrado a seguir el inglés en esas condiciones, y mucho menos si es clásico. Este verano tienen planeadas dos obras más que seguro que no nos perderemos.
Por supuesto, el segundo de los planes ha sido la victoria española en la Eurocopa, que he podido ver en directo junto con un puñao de españoles en un bar americano con la pared forrada de televisores de pantalla plana. De todas maneras, esto de que España
1. pase de cuartos
2. gane a Italia
3. y por penaltis
me hace temer por el orden cósmico del Universo. Seguro que la culpa la tiene el cambio climático. Por cierto, de la foto supongo que podréis adivinar quién es Sergi, mi compañero de laboratorio catalán.