domingo, 15 de junio de 2008

Bichos

La ciudad de Nueva York está habitada por una fauna bastante variada e interesante. Y con “fauna” no me refiero a sus habitantes supuestamente humanos, aunque ese sería también el tema para otra entrada. No, no... Más bien me refiero a la gran cantidad de animalejos que se puede uno encontrar.

Para empezar, una de las actividades que propone la guía Lonely Planet (vaya publicidad que le estamos dando en el blog, por cierto) es la ornitología. Es decir, vete a central Park a observar la gran cantidad y variedad de aves que hay. Pasan por Central Park a lo largo del año unas 200 especies distintas de aves migratorias, un 15% de las aves migratorias existentes. No está mal, ¿eh? De hecho, se organizan cursos para principiantes que quieran iniciarse en esta rama tan apasionante de la zoología.

Yo, sin iniciarme ni tener intención de hacerlo, todo hay que decirlo, en el campus donde trabajo puedo distinguir como cinco trinos-píospíos diferentes sin tener la más mínima idea de aves (como muchos sabéis son especialmente antiexperta en esto de las aves). Además, hay unos cuervos que amenazan la mayoría de los días con realizar sus necesidades sobre mi comida, lo cual es un detalle bastante feo por su parte.

Aparte de la asombrosa variedad de aves, ya os contamos el otro día que vimos un Mapache. Y eso que fue a plena luz del día. Debía estar enormemente hambriento el pobre para lanzarse en plancha, bolsa de basura en boca, a cruzar por donde pasábamos un grupo bastante multitudinario de turistas. Dicen que por la noche, cuando hay menos gente, pasean en minigrupos y es más fácil que salgan a campo descubierto.

Por otra parte están las ardillas. Como dice Ramón, cuando ya has visto tropecientas, pues te empiezan a dar un poco igual, pero yo tengo la suerte de no haberme acostumbrado todavía y que me encante verlas corretear. Están por cualquier sitio que haya arbolitos: en Central Park, en Morningside Park (por donde paso todas las mañanas), el campus de Columbia o en el jardín de mi universidad. Se las ve mucho el lunes por la mañana, al día siguiente de que los Harlemeños hagan barbacoas en el parque, que salen a ponerse moradas con las sobras. Además, juguetean entre ellas y dan unos brincos alucinantes. Molan un montón. A veces se aventuran a las papeleras de fuera de los parques para buscar comida y se hacen amigas de la gente que las alimenta (son unas gordas).

Otro animalejo que habita la ciudad es la cucaracha. Y oye, puede caminar. Tengo una en el laboratorio (planta 13) que se me escapa constantemente. ¡Ya la pillaré, ya! En nuestra casa no se ven muchas. De hecho, no se veía ninguna. En el tablón de la entrada hay un papel para apuntarse a la fumigación mensual, pero no nos apuntamos porque, como no había, pues tampoco íbamos a fumigarnos a nosotros mismo. Sin embargo, el otro día Jorge se encontró una de un tamaño considerable (adjunto una foto que puede herir algunas sensibilidades). Así que vamos a tener que apuntarnos.

Finalmente, por la entrada cutre por la que pasa Jorge todos los días cuando va a trabajar, se puede uno encontrar unos roedores asquerosos y también de tamaño importante llamados ratas. Estos bichos habitan allí porque es donde la glamurosa Columbia apila la basura. Con lo cual tienen hecho un apartamento de lujo para ellas solas. Probablemente, al ser ratas de Columbia, tengan un doctorado en Sociología, Física Nuclear o Derecho. Da igual, ratas son y aunque llevaran puesto el birrete, seguirían siendo ratas. O sea, que dan un asco que te mueres. El otro día, ante la mirada perpleja de una segurata, fuimos a hacerles fotos para mostraros este animal tan repugnante. La de a foto es de las pequeñas, las gordas de verdad debían estar en un congreso. La simpática agente del orden nos dijo que hay tantas que un halcón ha puesto el nido en Columbia, porque sabe que allí tiene comida. Mira, ¡otra ave más!

Así que nada, el que sea aficionado a los animales que se venga un rato a pasear por Nueva York, que en ese sentido, como en otros, tiene mucho que ofrecer.

8 comentarios:

salva dijo...

Bueno, de todo el mundo es sabido el amplio conocimiento de Lidia en esto de la ornitología, en concreto en la reproducción bucal de las aves... me lo has puesto a huevo.

Me encantan los bichos, aunque las cucarachas ya no tanto...

Lidia, piensa que las ratas son como ardillas con cola pelada. Igual así las coges más cariño...

Jorge, que me alegro de haberte visto por aquí.

César M dijo...

No muy de acuerdo con la asociación rata-ardilla. Las ratas son bastante más asquerosas y transmiten enfermedades. Pero valdrá la pena aguantarlas si podéis disfrutar de pájaros y ardillas. Y mapaches! mola (aunq creo q estos pueden transmitir la rabia)

Almu dijo...

Hala, no contenta ella con ilustrar la relación de tamaño de las cucharachas va y nos pone a la rata en un Tupper. ¡¡Es todavía más asqueroso verla ahí momificada!!.

¿Qué es lo próximo?. ¿La consabida mierda pinchada en un palo?. ¿La demostración del ciclo biológico de un bagel procesado por un mapache hipercolesterolémico perdido?. ¿Una ardilla con un cartel colgado al cuello que diga "Ayjá payo dame argo que te pego un tifus del cagalse"?.

Un poquito de por favor...

Lidia dijo...

Salva, ofendido me hubiera si nadie hubiera sacado a relucir el desafortunado incidente de "las aves y yo". He de decir que el parecido entre ratas y ardillas ya lo había pensado yo, pero aun así, me mantego en que las ratas dan asco y las ardillas no.

César, las ratas transmiten enfermedades y los mapaches también. ¿Quiere eso decir que eliminas a los mapaches de la lista de animales monos?

Almu, conociendo a Jorge, no sé cómo te atreves a tentar a la suerte con la mierda pinchada en un palo. En fin, allá tú.

César M dijo...

Pues yo creo q los mapaches si no te muerden siguen siendo monos, pq no viven en las alcantarillas y esos sitios. Ahora, q por si acaso me qdo con las ardillas (y los linces claro, jeje).

Almu dijo...

Lidia, tanto tú como yo sabemos perfectamente que Jorge, se lo digamos o no, ya ha pensado en estas cuestiones tanto (o más) que en las cláusulas de vuestro seguro médico. Conque cualquier día te sorprende...

Yo por si acaso no quería decir nada del tema pájaros, no sea que luego me lluevan a mí las hostias en contrapartida, pero pensarlo lo he pensado, que conste.

salva dijo...

Yo lo que digo es que a mi me han mordido tantos mapaches como ratas. O sea, ninguno.
¿Y a que vosotros podéis decir lo mismo?
Pues ya está. ¡Déjala que disfrute del tupper! ¡Qué mona!

Pili dijo...

Pues yo creo que la comparación entre ardillas y ratas sólo puede llevar a que las ardillas también den asco.